Según yo, todo iba perfecto. Una universidad leve, gente chingona, la carrera no está mal, tiempo libre para hacer lo que quisiera....
Pero no. Algo no está bien.
Tenía la cosquilla desde el principio, "no me siento cómoda, algo no cuadra; realmente no estoy tan contenta como digo estarlo", pero ya saben, la razón metía la cuchara, "todo está bien, nada más te necesitas...er...adaptar, si, ¡eso!, realmente no hay razón para no sentirse a gusto".
Cuernos.
La semana pasada (específicamente el jueves) empezó el estallido.
Desde el jueves hasta hoy me he puesto peda cuatro veces, sin contar el fin de semana. Seis si cuentan dos guarapetas el mismo día. Pacheca tres veces, y de las duras. He faltado a tres clases por irme a echar desmadre.
¿Por qué lo hago?
Estoy triste. Muy triste.
Sé que me van a mentar la madre, que los vicios no ayudan a resolver nada, que piense en lo que me hace infeliz, y les voy a dar la razón.
No sé si no puedo llegar a la raíz del problema, o si me da miedo. Probablemente sea la segunda opción.
Jamás en mi vida me había comportado tan pendeja e irresponsablemente; digo, no es que haya sido Srita. Corrección, pero tenía mis límites, por más caca que me sintiera. Ahora...ahora me vale madres.
No les voy a mentir, disfruto esas pachipedas, pero llega un momento aún sin estar todavía en mis cinco sentidos que digo "mierda...soy mierda, vivo una mierda, me comporto, huelo y hablo como mierda" (físicamente no huelo a excremento, no se me espanten. Me refiero a lo interior).
Tal vez necesito ayuda. Necesito ayudarme.
Foto del pinche día
Sí, ya sé que no es una foto. Una estampa japonesa, cortesía de Hiroshigue.