Vete a pie

Nunca sabes lo que va a pasar.

Resulta que el sábado tenía que ir a comprar un libro, así que para matar dos pájaros de un tiro decidí irme caminando al Sótano de Quevedo para así rebajar (si, claro) mis jamonzudos muslos.

En el camino me encontré un caballo, y no pudiendo resistir la tentación, me paré a acariciarlo. En esas estaba cuando el don que parecía su dueño me invitó a montarlo (al caballo, no a él). Mientras me paseaba a lomos del cuadrúpedo en la pavimentada urbe le hice la plática al señorón; los caballos (eran unos doce, no los vi antes porque estaban estacionados más adelante) eran para una boda y pertenecían a Domecq, y la recepción del pachangón iba a ser en la casa del Indio Fernández. Don Ricardo (sí, adivinaron. Es el mismísimo don mencionado anteriormente) amablemente me invitó a conocer la casa del Indio. Entré al patio nada más, pero está enorme...y un poco oscuro.
Total que le dí las gracias por haberme dejado montar en el corcel, y antes de irme me invitó a Texcoco para que montara otros caballos Domecq (todo ligador, el don Rich).

Pasaron otras cosas curiosas en el trayecto a la librería, pero no creo que a ustedes les parezcan muy relevantes (como descubrir un super de productos orgánicos, o encontrar papel para regalo con estampado Nouveau, o aprender a hacer té de zanahoria).

En la tarde me lanzé al CNA (otra vez a pata), y en el camino una chica me pidió que me hiciera pasar por otra persona (una tal Lupita) y hablara con su jefe para que no la cagaran (se había fugado con el novio, mientras que su papá pensaba que estaba haciendo un trabajo). La conversación fue más o menos así:

Jefe: "Lupita?"
Yo: "si, buenas tardeees"
Jefe: "te cambió la voz, no?"
Yo: "si...es que...tengo gripa"
Jefe: ...
Yo: "pues...estamos afuera de la biblioteca central porque necesitábamos información de la región 4; es que el jueves tenemos que entregar el cadáver*".
Jefe: [no muy convencido] "...uhum"

*la chica estudia medicina

Supongo que de todos modos cagaron a la chica, definitivamente no fui muy convincente.
Poco después me interceptaron otras dos chicas en un puente...y me sacaron una foto (ojalá les haya salido bien, aunque haya puesto cara de...ano).

Pues sí...hay días en que atraes acontecimientos extraños, pero nunca sabes cuando te van a tocar, así que por si las dudas, vete a pie.

Foto del Día
















Una esquina en Guadalajara, tomada desde el segundo piso de..mm..una especie de Turibus.